La Fundación Olivar de Castillejo de Madrid expone hasta el 30 de noviembre de 2013 una exposición de diferentes esculturas de Antonio Díaz Garcia en los jardines de esta institución. Un entorno único, mágico, ideal para exponer las obras de gran envergadura de este reconocido escultor.
En un recorrido retrospectivo del mundo creativo del artista de Tomelloso, emparentado con una de las sagas artísticas más destacadas del país, podremos analizar y gozar de la evolución seguida desde sus inicios hasta el momento actual. Una evolución en técnicas y conceptos donde la inspiración en la naturaleza y en la intimidad del ser y de la materia constituyen los dos soportes fundamentales. Constantes básicas en quién ha compaginado el trabajo en la forja clásica con el aprendizaje académico como escultor hasta encontrar un equilibro en el trabajo con la materia y el intelecto para domeñar el hierro desde su conocimiento profundo de este material. Logrando, en definitiva, unas obras que el crítico y experto en el mundo de arte Álvaro Martínez-Novillo ha definido como “obras de un lenguaje aparentemente abstracto, que sin embargo, vistas con mayor detenimiento observamos que no pretenden ocultar sus formas orgánicas, lo cual añade a sus creaciones un pálpito que es difícil encontrar en bastantes esculturas que siguen una estética exclusivamente geométricas”.
Una obra inspirada y personal, en conjunto, que ha sido vista en diversos lugares de España, especialmente en Cataluña, y espacios tan singulares como la Basílica de San Lorenzo en Florencia, el Museo de Ripoll o las ferias artísticas de Miami y Shangai.
